Desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal impulsor del cambio climático, especialmente debido a la emisión de gases de efecto invernadero como resultado de la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas.

Estos gases actúan como una manta alrededor de la Tierra, atrapando el calor del sol y aumentando las temperaturas globales.

Ante la urgencia de contrarrestar el calentamiento global y fortalecer los sistemas agrícolas para hacerlos más resistentes, el desarrollo tecno-orgánico CLEAN OIL representa una valiosa contribución. Este avance tecnológico está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente con Hambre Cero, Ciudades y Comunidades Sostenibles y Acción por el Clima.

El sistema CLEAN OIL ya fue sometido a pruebas en vehículos de uso agrícola y de transporte público, logrando validar su efectividad e impacto favorable.

Etapa 1: Captura de elementos generados durante la combustión de hidrocarburos, con el objetivo de reducir las emisiones hasta en un 95 %. Los elementos capturados se someten luego a una segunda etapa.

Etapa 2: En esta fase, las moléculas se modifican mediante tecnología tecno-orgánica para convertir el dióxido de carbono (CO2), el formaldehído y el metano en componentes beneficiosos para los suelos. Esto impulsa el desarrollo de aminoácidos, mejorando la relación carbono-nitrógeno en el suelo.

Estos aminoácidos fortalecen las plantas, promoviendo tallos gruesos, un desarrollo vegetativo saludable y un sistema inmunológico robusto que las protege contra enfermedades.

Como resultado de este proceso, además de limpiar el aire, se obtiene un fertilizante orgánico rico en carbono y nitrógeno, vital para el crecimiento y la salud de las plantas. Con CLEAN OIL, estamos transformando la manera en que interactuamos con nuestro entorno, apostando por un futuro más sostenible y resiliente.